El viernes acudí con el realizador Carlos Pérez y la escritora de cuentos Uxue Apaolaza, a la presentación en los cines Verdi de "Cuando el infierno se congela", de Alfonso Díaz. Bueno, no puedo hablar del video ya que no lo pudimos ver: Llegamos 10 minutos tarde, y eso al tratarse de un cortometraje, significa mucho. Sólo pudimos escuchar el chiste final del magnífico actor Pedro Ros. Después de la proyección, nos llevaron a un bar llamado el Diablo Azul o el Diablo vestido de azul. Allí servían unos extraños cócteles de color azul, aunque yo creo que era Mister Proper con hielos, y pude saludar ¡después de tres años! al actor Marco Tulio Luna y al director del corto Alfonso Díaz. Miré a mi alrededor y y había más personas que no conocía, hasta que al final me presentaron al Jefe de producción Alonso Gómez y al guionista Rodrigo Carpio. Tras un rato hablando de cosas de las que no tengo ni idea, como cine, guiones, cortometrajes y el procedimiento que tienen los invidentes para eliminar todos los restos de desecho después de hacer sus necesidades, nos encaminamos hacia el bar ¿bar? Vía Lactea.
Resulta que al final me la acabé agarrando. Salimos a la calle, justo enfrente del bar ¿bar? y como de costumbre, estaba lleno de orientales (creo que en realidad son chinos). Son tan amables que te ofrecen una lata de cerveza cada 30 segundos. Cuando uno se da la vuelta, ya tienes a otro detrás diciendo "¿cerveza?". Te bebes una lata, luego otra, después otra... hasta que acabas comprando 6 latas de golpe... Se hizo tarde y cerraron el bar ¿bar?, así que hubo que aguantar el frío de la noche y no sé si el infierno se acabaría congelando, pero lo que es nosotros, sí.
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